Impacto social

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Pruebas del VIH en África

El VIH ha tenido un impacto devastador en África, donde se estima que más de 25 millones de personas viven con el virus. Si bien se han logrado avances significativos en la lucha para acabar con el VIH como amenaza para la salud pública, aún queda mucho por hacer.

Las pruebas del VIH desempeñan un papel fundamental para reducir la propagación del virus, mejorar el acceso al tratamiento y reducir el estigma y la discriminación. Un estudio realizado en 2020 en el África subsahariana reveló que el 84 % de las personas conocían su estado serológico, lo que supone un enorme aumento con respecto al 5,7 % registrado en 2000.

En África, los grupos más afectados son las mujeres jóvenes y los niños, incluidas las madres. Las pruebas del VIH han sido una herramienta fundamental para prevenir la transmisión maternoinfantil del virus. La OMS estima que, a nivel mundial, alrededor de 1,3 millones de mujeres y niñas que viven con el VIH quedan embarazadas cada año. Sin intervención, la tasa de transmisión del VIH de una madre que vive con el VIH a su hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia oscila entre el 15 % y el 45 %.

Las pruebas permiten a las personas conocer su estado, tomar las medidas adecuadas para protegerse a sí mismas y a sus parejas, y acceder a la atención y el tratamiento. En muchos países, el VIH sigue estando asociado a la vergüenza y el miedo, y muchas personas temen hacerse la prueba por miedo a ser marginadas o discriminadas. Las pruebas confidenciales, incluidas las autodiagnósticas, ayudan a reducir estos temores y proporcionan un entorno seguro y de apoyo para que las personas se hagan la prueba. Llegar a las personas allí donde se encuentran puede ayudar a cambiar la situación y mejorar el acceso a las pruebas en toda África.

Pruebas del VIH en la comunidad LGBTQ+

Si bien el VIH afecta a personas de todo el mundo y de todos los ámbitos de la vida, la epidemia tiene un impacto desproporcionado en los miembros de la comunidad LGBTQ+. En el punto álgido de la epidemia del sida, los miembros de las comunidades homosexuales vieron cómo el virus cambiaba sus vidas. La respuesta inicial al VIH/sida se vio a menudo alimentada por la discriminación y el estigma, lo que provocó más muertes. La falta de conocimiento, investigación y tratamientos eficaces en las primeras etapas contribuyó a aumentar el estigma, ya que la enfermedad se consideraba que afectaba principalmente a las comunidades LGBTQ+.

Aunque las tasas de diagnóstico del VIH entre los hombres gais y bisexuales disminuyeron en un 9 % en general entre 2015 y 2019 en los Estados Unidos, representaron el 69 % de todos los nuevos diagnósticos de VIH en 2019 (CDC), lo que supone una carga desproporcionada de la enfermedad en nuestras comunidades. Las pruebas pueden contribuir a reducir la transmisión y a acabar con el VIH como amenaza para la salud pública. Y aunque los avances varían según la región, las tendencias prometedoras están demostrando el impacto positivo de las pruebas en la reducción de las tasas de VIH en las comunidades LGBTQ+.